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Venganzas femeninas

sábado, 1 de diciembre de 2007

VENGANZA FEMENINA 1

Un hombre que siempre molestaba a su mujer, pasó un día por la casa de unos amigos para que lo acompañasen al aeropuerto a dejar a su esposa que viajaba a Paris.
A la salida de inmigración, frente a todo el mundo, él le desea buen viaje y le grita:
- Amor, no te olvides de traerme una hermosa francesita-.
Ella bajó la cabeza y se embarcó muy molesta.
La mujer pasó quince días en Francia.
El marido otra vez Pidió a sus amigos que lo acompañasen al aeropuerto a recibirla.
Al verla llegar, lo primero que le grita a toda voz:
- Y amor ¿me trajiste mi francesita?. -
Ella - Hice lo posible, ahora tenemos que rezar para que sea niña.

VENGANZA FEMENINA 2

Paseando por la playa, la esposa le pide al marido que le compre un bikini. El le
contesta: -Con este cuerpo de máquina lavadora, ni pensarlo. Siguen caminando y ella insiste: - Entonces cómprame unvestido.
Y el le responde: - Con este cuerpo de máquina lavadora, ni pensarlo -.
En la noche, ya en la cama, el marido se da vuelta hacia su mujer y le pregunta: - ¿Qué te parece si echamos a andar esta máquina lavadora?.-
Y la mujer, con desprecio, le contesta: - ¿Para lavar este trapito? Lávalo a mano que da menos trabajo.

VENGANZA FEMENINA 3

Una viejita pregunta a su marido moribundo: - Muy bien, después de 40 años de casados, sácame de una curiosidad ¿me has engañado alguna vez?.
- Si querida, una sola vez. ¿Recuerdas la secretaria que tenía cuando trabajaba en Nestlé, Margarita se llamaba?.
- Si, la recuerdo.
- Pues ese cuerpo fue todito mío.
Segundos después, él le pregunta: - ¿Y tú, viejita, me has
engañado alguna vez?.
- Si mi viejito, una sola vez. ¿recuerdas cuando vivíamos en la Calle Andrade frente al Cuerpo de Bomberos?.
- Si me acuerdo. Contesta el moribundo.
- Pues aquel cuerpo fue todito mío.

VENGANZA FEMENINA 4

El marido, en su lecho de muerte, llama a su mujer. Con voz ronca ya débil,
le dice: - Muy bien, llegó mi hora, pero antes quiero hacerte una confesión.
- No, no, tranquilo, tu no debes hacer ningún esfuerzo.
- Pero, mujer, es preciso. - Insiste el marido - Es preciso morir en paz. Te quiero confesar algo.
- Está bien, está bien. ¡Habla!.
- He tenido relaciones con tu hermana, tu mamá y tu mejor amiga.
- Lo sé, lo sé. - le dice la mujer - Es por eso que te envenené.

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